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MEDITACIÓN

Habitualmente derrochamos innecesariamente nuestra energía vital, especialmente por el incesante pensar. La Meditación es una disciplina basada en el cultivo de la Atención Serena. Practicada de forma regular, la meditación sentada aporta calma y lucidez a la mente.

Horarios

Lunes .......................... 19,15 a 20,15 h

Sábados……….............08,00 a 09,00 h

Un sábado al mes tarde de meditación

Clases individuales con horario a convenir

PRUEBA UNA CLASE DE CUALQUIER ACTIVIDAD DE FORMA TOTALMENTE GRATUITA Y SIN COMPROMISOS

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Precios

3 sesiones semanales.........40€/mes

2 sesiones semanales.........30€/mes

1 sesión semanal................20€/mes

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Clases particulares 35€

Para sentarse y vivir

Procura que el orden y la sencillez impregnen tu práctica y tu vida. Practica con regularidad en tiempos establecidos con anterioridad. Ten continuidad, no seas de los que terminan antes de empezar.Sé firme una vez decidido lo que vas a hacer. No busques excusas ni te auto-justifiques. Si siembras la inconstancia y el desorden, no podrás ser de otra manera. El mundo está lleno de personas que empiezan cosas pero no tienen la determinación de mantenerlas.No te traces metas inalcanzables, ni demasiado lejanas. Ve paso a paso y sin dejar de andar; sin buscar el final sino el siguiente paso.Sé compasivo contigo mismo pero no te hundas en la autocompasión. Eres humano y tendrás caídas. Ahora sabes lo que tienes que hacer ... ¡levántate y continúa tu camino! Aprende de cada tropiezo pues es tu mayor oportunidad de conocerte realmente: no te ocultes nada a ti mismo.Deja que la luz de la comprensión ilumine todas tus oscuridades, todas tus tensiones que impiden el flujo de la vida en tu forma particular. Lo que buscas no va a venir de fuera; está contigo en todo momento.Cuida tus gestos cuando te dispongas a practicar. No te sientes de forma precipitada. Encamínate a ello sabiendo lo que vas a hacer.Se simple física y mentalmente. Busca el equilibrio de la postura, céntrate y da flexibilidad a todo tu cuerpo, a tu respiración y a tu mente.Observa la respiración como el movimiento esencial de la vida y ábrele tu corazón, es decir, todo tu cuerpo y mente. Sigue observando y experimentando hasta que surja espontáneamente y puedas gozar de ella. Llegado a ese punto, nada más podemos decir. Vive lo que hay!No te quejes si tu campo no da más que abrojos. El camino tiene su base. Cultívala y te dará sus frutos. En tu mano está, y no en otra, la oportunidad de vivir. No busques atajos ni ayuda en lo que tú sólo puedes hacer. No busques los frutos antes de sembrar el campo.Cuando termines, hazlo serenamente, de forma que tu práctica se extienda al mundo entero.

Sentarse como una montaña

PRIMER PASO: SENTARSE CON CALMA

 

Ningún animal se acomoda de forma precipitada. Observa como lo hacen los gatos o los perros y aprenderás mucho del arte de sentarse y aquietarse. La práctica de sentarse serenamente comienza en el momento mismo en el que decides hacerlo. Tus gestos deben ser cuidadosos y plenamente conscientes. La mayoría de nuestros gestos son inconscientes, hacemos las cosas sin damos cuenta tan apenas de que las hacemos. Si te sientas descuidadamente, tu mente estará muy confusa. Debes comprender que el gesto externo manifiesta la actitud interna. 
Dirígete a tu sitio con pasos relajados, sin prisa pero sin pausa. 
Siéntate en la postura elegida atento a tus gestos y acomódate bien en ella balanceando un poco tu cuerpo hasta equilibrarte bien. 
En todo momento, la mente acompaña el gesto de sentarse de forma que también la mente se asiente. Inicialmente ajusta cuanto sea necesario tu postura como quien aminora la marcha progresivamente hasta quedar perfectamente inmóvil. No pienses, no obstante, que la inmovilidad es igual a tensión. Se trata de un ahorro de energía, una economía del cuerpo y la mente. 
Una vez en reposo y mediante el repaso minucioso de las diferentes sensaciones corporales, observa desde la quietud hasta lograr una calma estable y relájate. 
Practicar la postura es un excelente ejercicio por en sí mismo que puedes ir mejorando poco a poco. La clave fundamental es que la postura sea flexible y firme a la vez. Como quien navega el gran río de la Vida, por un lado sabe mantener con firmeza el timón de la atención y por otro, sabe adaptarse con flexibilidad a las diferentes corrientes.

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SEGUNDO PASO: OBSERVAR LA RESPIRACIÓN


Una vez establecida la quietud corporal, debemos intentar aquietar la mente mediante la concentración. Concentración significa "con centro". El centro es donde se armonizan las distintas tendencias; lo contrario es la dispersión: se está sentado con el cuerpo pero no con la mente, como si la mente y el cuerpo tuvieran ritmos diferentes, mientras el cuerpo se mantiene en la tierra, la mente vagabundea entre las nubes. 
La mejor manera de armonizar ambas es mediante la atención a la respiración. Ésta es el hilo que mantiene unidos el cuerpo y la mente. Mantenerse atento a la respiración es mantenerse atento a la Vida ya que es la energía que anima tanto al cuerpo como a la mente. 
Durante la meditación no es necesario ningún ejercicio voluntario de respiración. Se trata de mantenerse presente, atento al proceso respiratorio. Se elige un punto concreto donde observar la respiración claramente - las ventanas nasales o el abdomen por ejemplo - y procuramos experimentar la respiración tal como se hace por sí sola. La clave está en mantener la atención de forma continua y constante. 
Al principio se notarán numerosas interferencias impidiendo la continuidad. No importa cuantas veces se disperse la mente; lo más importante es ser consciente de ello y volver con amabilidad, sin forzar la mente al ejercicio de la atención o la respiración. 
Sabiendo lo que tenemos que hacer, lo hacemos, lo ponemos en práctica, volviendo cuantas veces sea necesario al camino. Todo es una cuestión de asiduidad, de perseverancia en un método simple y claro.

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TERCER PASO: CULTIVAR LA ATENCIÓN, HACER EL NO-HACER


En la primera parte, hemos practicado el hacer educando nuestra voluntad y el vigor de nuestra mente, lo cual naturalmente pasado un tiempo nos conduce, si nos excedemos, al cansancio. Ha llegado el momento de ceder, de aflojar.
La primera parte es solamente una técnica que podemos perfeccionar con el tiempo. La segunda parte no es una técnica sino más bien una experiencia. Continuamente estamos valorándolo, todo luchando entre el sí y el no, esto o aquello - siempre luchando contra nosotros mismos, nuestra propia mente, en busca de objetivos, persiguiendo una meta o huyendo de algo, rechazando... 
No hacer implica aceptar, admitir la experiencia bien sea física o mental que surge en el instante: aceptarla sin ningún tipo de juicio ni valoración, no pelear más, hacer las paces con uno mismo y escuchar... 
Mediante la concentración serena hemos llegado a la cima de la montaña y ahora podemos observar el amplio valle y el inmenso cielo.

Hoy es el día de tu liberación

Hoy se abren todas las puertas que nunca estuvieron cerradas. Hoy termina el llanto del niño y nace el ser despierto que estaba adormecido, esclavizado por su miedo. Ya no retirará la mirada ante el dolor inherente al mundo. Avivará la llama viva en su interior. Sabrá ver la fuerza del amor obscurecida por velos de ignorancia egoísta en todos los seres y ya no se ocultará más tras una falsa imagen, sino que revelará su verdadero y único ser.

De aquí en adelante me comprometo a no huir de mi responsabilidad como ser humano, a no auto engañarme ni auto compadecerme. Me educaré en la actitud correcta, consciente y despierta sin evadir la realidad. Me perfeccionaré en el conocimiento y vivencia de la verdad eterna y viva escrita en la naturaleza y también en mi mismo. Comprendiendo que nadie puede poseerla y aunque sé que nada nos pertenece realmente, me comprometo a evitar el ánimo indolente, cumpliendo con el trabajo propio eficazmente sin descuidar el descanso o la generosidad sincera.

Consciente de que humanamente todos somos iguales me comprometo a que mi relación con los demás, mediante mi palabra o mis actos, no estará basada en el temor ni en el orgullo, sino en el respeto y la sinceridad. Estoy dispuesto a no dejarme llevar por la ira y la violencia como método para solucionar problemas, sabiendo que actuar así, invalidaría mi más honestas intenciones.

Me comprometo a alejarme de cuantos hábitos sean perjudiciales para mi salud, tanto física como mentalmente, usos que me impiden madurar y hacen pesada mi vida. Daré paz y orden a mi mente, educándome en el silencio interior y así evitaré la confusión que nubla mi clara comprensión. De aquí en adelante aceptaré la vida tal como se presente, con valor y humanidad, viviendo y pensando sencillamente.

Ésta es la alianza que compromete al ser humano que acepta la vida tal como es, como un don que no le pertenece y que habrá de entregar de nuevo al final de sus días.

Estoy en paz conmigo mismo.

No deseo ser otra cosa que lo que realmente soy.

Ruego por todos los seres para que alcancen la paz que ya poseen.

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